Un padre y su hijo de 8 años están juntos en la pequeña alfombra azul junto a las ventanas de un edificio en los terrenos de la Basílica de Nuestra Señora de San Juan del Valle. Otros niños corren por el fresco suelo de terrazo, corren alrededor de las mesas, esquivan a los adultos, andan en patinetas de plástico, juegan y ríen.
Los adultos, que llevan puestos monitores de tobillo que rastrean sus movimientos hasta que tengan la audiencia para sus casos, se sientan tranquilamente en las mesas para comer, conversar en grupos pequeños a observar a los/as niños/as y hablar con los/as voluntarios/as. Algunas personas toman siestas cortas en las delgadas alfombras de goma bajo el resplandor brillante de las luces fluorescentes, y todos/as esperan ansiosamente la siguiente fase de su viaje.
Una niña corretea por el fresco piso de granito, mientras las familias descansan y se relajan en un refugio desbordado de inmigrantes recién llegados/as en la Basílica de Nuestra Señora de San Juan del Valle.
Caridades Católicas dirige el Centro de Descanso Humanitario en el centro de McAllen, estado de Tejas. Este edificio en los terrenos de la Basílica - apodado el "hotel" - es para el atender el excesivo número de inmigrantes. El distrito metodista unido “El Valle”, ayuda a comprar los suministros necesarios para este centro y para La Posada Providencia, otro centro de descanso ubicado en San Benito. Las personas reunidas aquí han sido arrestadas y detenidas en un centro de detención de la patrulla fronteriza por hasta 72 horas.
La gente llega con sus ropas sucias, con hambre y la mayoría no habla inglés. Han sido abandonados/as por los coyotes, traficantes de inmigrantes indocumentados/as, a quienes les pagaron varios miles de dólares para llegar sanos y salvos a los Estados Unidos.
Eli Fernandez (centro), un voluntario de Caridades Católicas, ayuda directamente a los/as inmigrantes que han sido liberados de la detención por la patrulla fronteriza de los Estados Unidos, y los lleva a la estación de autobuses en McAllen, Tejas.
El centro de descanso les ofrece un lugar provisional seguro para llegar. Familiares o patrocinantes les compran los boletos de autobús mientras esperan la presentación de sus casos. La mayoría sólo está en el centro de descanso por 24 horas o menos, mientras esperan el autobús para su destino.
Un padre y su hijo esperan su autobús a Pensilvania, donde tienen algunos/as primos/as. En el centro le han ofrecido una ducha, ropa limpia, comida y el muy necesario descanso. Pidieron llamarse Oliver y Anthony, en lugar de sus nombres reales, para protegerse mientras esperan una audiencia en la corte donde se decidirá si permanecerán en los Estados Unidos o serán deportados.
Eli Fernandez (centro) ayuda a dirigir a los/as inmigrantes dentro de la estación de autobuses en McAllen.
“Ha sido un viaje largo y aterrador para nosotros que huimos de nuestro hogar en Honduras”, dijo Oliver a través de un intérprete. Él describió el viaje como caliente - "temperaturas muy altas". Dijo que temía por sus vidas, tenía miedo de los secuestradores. Además, tuvieron que dejar atrás a su esposa quien es la madre de Anthony. “El venir es un gran sacrificio, pero estoy aquí para darle una mejor vida a mi hijo” dijo. La familia no puede pagar la escuela y, debido a que no está en la escuela, Anthony se convierte en blanco de pandillas peligrosas en Honduras, dijo Oliver.
Los/as desconcertados/as inmigrantes que acaban de ser liberados/as de un centro de detención de la patrulla fronteriza de Estados Unidos, toman botellas de agua y objetos personales mientras esperan en la cola de la estación de autobuses en McAllen, Tejas.
La atención de la nación se centró en la pequeña ciudad de McAllen, Tejas, después de que la administración de Trump emitió una política de tolerancia cero que resultó en niños/as separados de sus familias en la frontera. Más de 500 niños permanecen bajo custodia del gobierno un mes después de la fecha límite ordenada por la corte para reunir a las familias.
Susan Hellums, coordinadora metodista unida del área fronteriza para el distrito El Valle de la Conferencia Anual Río Tejas, y la Primera Iglesia Metodista Unida en McAllen coordinaron una visita para el Servicio de Noticias Metodista Unido desde el 31 de julio hasta el 4 de agosto, para informar las maneras en que la iglesia está ofreciendo ministerio a quienes cruzan las fronteras en Tejas. Hellmuns es muy conocida entre los defensores de los inmigrantes, la policía fronteriza y otras organizaciones religiosas y seculares involucradas con el ministerio de inmigrantes. Muchas veces esos defensores dijeron “No sabemos qué haríamos sin los metodistas”.
El voluntario Luis Guerrero (en patineta) les da a los/as inmigrantes una charla sobre cómo navegar en el sistema de autobuses de los Estados Unidos en la estación en McAllen, Tejas. Guerrero es un exbombero que perdió una de sus piernas en el cumplimiento del deber. Él viene a la estación de autobuses casi todos los días para ayudar.
La Hermana Norma Pimentel es directora ejecutiva y directora de Caridades Católicas para el Valle del Río Grande en McAllen, Tejas.
La hermana Norma Pimentel, directora ejecutiva y directora de Caridades Católicas para El Valle del Río Grande, saluda a Hellums con un cálido abrazo en el Centro de Descanso Humanitario en el centro de McAllen, a pocas cuadras de la concurrida estación de autobuses. “ICE (siglas en inglés para el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos) nos ha notificado que hoy llegarán 75 personas", dijo Pimentel. Ella y Hellums discuten en voz baja los suministros que el centro necesita.
Unas tres horas más tarde, pasajeros/as aturdidos salieron del oscuro interior de un autobús polvoriento a la luz brillante del sol fuera de la estación en el centro de McAllen. Los adultos están agarrando bolsas de plástico que contienen objetos personales incluidos los cordones de los zapatos que les quitó la policía fronteriza cuando fueron arrestados.
Los/as voluntarios/as César Mata (detrás a la izquierda) y María Peña (detrás a la derecha) ayudan a los/as inmigrantes hondureños/as Isaac Rivera Ramos (izquierda), su hija Katerin y Ana Mercedes Maldonado (derecha) con su hija Ashley, a encontrar el autobús correcto en McAllen, Tejas. Un brazalete monitor es visible en el tobillo izquierdo de Maldonado.
Todos los/as adultos/as tienen los brazaletes monitores en los tobillos. Madres y padres agarran fuertemente las manos de sus hijos/as mientras tratan de entender dónde están y qué deberán hacer allí. Hay personas de todas las edades, desde bebés hasta ancianos.
Blanca Muñoz voluntaria de Caridades Católicas (izquierda) lidera a los/as inmigrantes que fueron recientemente liberados/as de un centro de detención de la patrulla fronteriza de Estados Unidos al Centro de Descanso Humanitario en McAllen, Tejas, donde pueden ducharse, comer y descansar mientras esperan autobuses que les lleven donde amigo/as o familiares en otros lugares del país.
Eli Fernández un voluntario del Centro de Descanso Humanitario los reúne bajo las ramas de un árbol grande y les habla por unos minutos antes de acomodarles en una sola fila y dirigirles a la gran estación de autobuses. Mientras Fernández trabaja con personas que tienen boletos para autobuses que salen de la estación en cuestión de horas, Luis Guerrero -rodando sobre su patineta motorizada- dirige al resto del grupo a algunos asientos a lo largo de la pared. Guerrero es un exbombero que perdió una de sus piernas en el cumplimiento del deber. Él viene a la estación de autobuses casi todos los días porque quiere ayudar a estos/as viajeros/as.
Blanca Muñoz (izquierda) lleva a los/as inmigrantes desde la estación de autobuses al Centro de Descanso Humanitario de Caridades Católicas en McAllen, Tejas.
“Un día vi a una monja que tenía un problema y le pregunté si podía ayudar. Me dijo que sí; ella se fue y yo me quedé” dijo riendo. Guerrero ha ideado su propia forma de ayudar; una vez que los/as voluntarios/as han ayudado a las personas a obtener sus boletos, los lleva a un lado para una clase sobre el "perro gris". "Les pido que miren sus boletos y les digo: '¿Ves un perro en otro lado?' Asienten e indican todas las señales con el perro. Les digo, sigan al perro todo el camino hasta su destino. Nadie se ha perdido todavía", dijo sonriendo en alusión al logo de la empresa de transporte “Greyhound” que tiene un perro de raza galgo como emblema.
Julia, una inmigrante de Ucrania juega con Andonis, un bebé del Congo en La Posada Providencia,
un refugio de emergencia para inmigrantes y solicitantes de asilo en San Benito, Tejas.
Los inmigrantes también reciben un gran sobre blanco suministrado por el Centro de Descanso Humanitario, que tiene impreso en el frente en letras grandes “Por favor ayúdame. No hablo inglés. ¿Qué autobús debo tomar? Gracias por tu ayuda”.
Agarrando sus sobres, un grupo sigue a Blanca Muñoz otra voluntaria del centro, hasta su próxima parada. Son bienvenidos/as con aplausos. “Aplaudimos para que sepan que son bienvenidos/as” dijo Pimentel.
Por su parte, Hellums dijo que la corriente de inmigrantes es parte de la vida cotidiana de las personas que viven en McAllen y otras ciudades y pueblos a lo largo de la frontera. Ella comenzó trabajando con inmigrantes en 2014 cuando hubo una gran oleada de menores no acompañados llegando a la frontera. Trabaja con muchas de las organizaciones sin fines de lucro que sirven a los inmigrantes.
La Hermana Thérèse Cunningham (de pie) y Ileen Montemayor (primer plano) enseñan inglés a inmigrantes en La Posada Providencia en San Benito.
Ann Cass es la directora ejecutiva del Proyecto Azteca y dijo que la comunidad de fe es indispensable. Proyecto Azteca es una empresa de construcción de autoayuda sin fines de lucro, que permite a los/as inmigrantes comprar su propia casa. “Ellos/as le devuelven la sonrisa al rostro de los/as inmigrantes” dijo.
Andi Atkinson es la directora ejecutiva de La Posada Providencia, un refugio de emergencia para inmigrantes y solicitantes de asilo. Ella es presidente de Mujeres Metodistas Unidas del Distrito El Valle de la conferencia de Río Tejas.
Andi Atkinson, directora ejecutiva de La Posada Providencia, dijo que todas las personas en el refugio de emergencia para inmigrantes y solicitantes de asilo tienen una historia que contar. “Nadie huye de sus hogares a menos que les haya sucedido cosas malas” dijo Atkinson, quien también es presidenta de las Mujeres Metodistas Unidas del Distrito El Valle. “El refugio es pequeño, pero nosotros/as hacemos que funcione. Sacamos catres y colchonetas y las personas duermen en el piso de la cocina”, agregó.
La Hermana Thérèse Cunningham enseña clases de inglés para inmigrantes en La Posada Providencia.
Shalom (no es su nombre real) es una de las actuales residentes y solicitante de asilo que huyó de Zimbabue debido a la opresión política. Escribió una carta a La Posada Providencia y a otros seis refugios mientras estaba en prisión en Dublín, Irlanda. “La Posada respondió y todo fue por gracia. Puedo ver a Dios trabajando en mi vida” dijo sonriendo.
“Las noticias recientes sobre familias separadas han atraído mucha atención de los medios. Los ajustes políticos se van a dar”, dijo Pimentel. Todos/as los que entran por las puertas son personas necesitadas. “Nosotros/as sólo los ayudamos” dijo Hellums.
¿Cómo puede ayudar?
Done a los esfuerzos en respuesta a la coyuntura migratoria del distrito enviando cheques a:
Distrito El Valle
c/o Susan Hellums
4200 North McColl
McAllen, TX 78504
Memo: Immigration Relief Fund #250.7
Rio Texas Conference Advance Special: #1428
Dona al Servicio Mundial de Iglesias
Dona a NJFON
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Maria Peña voluntaria de Caridades Católicas (derecha) lleva a los inmigrantes hondureños Isaac Rivera Ramos y su hija Katerin a la estación de autobuses en McAllen, Tejas..
* Gilbert es reportera multimedia del Servicio de Noticias Metodista Unido. Mike DuBose es fotógrafo del Servicio de Noticias Metodista Unido. Puede comunicarse con ellos al 615-742-5470 o newsdesk@umcom.org.
** Leonor Yanes es traductora independiente. Para contactarle escriba al
[email protected].