Estados Unidos de Norteamérica posee la economía más sólida del planeta.
Sin embargo, para la Reverenda Dra. Susan Henry-Crowe, esta idea conlleva una preocupación porque que su país sea considerado la mayor potencia económica no necesariamente significa que los recursos estén disponibles para la población de una manera equitativa.
“En los Estados Unidos el problema del agua se está convirtiendo en un tópico cada vez más complicado. Las soluciones no están claras en este punto. Hace dos años, una situación similar ocurrió en Virginia Oeste, donde tomó mucho tiempo encontrar una solución”, expresó la Dra. Henry-Crowe.
La Dra. Susan Henry-Crowe es la Secretaria General de la Junta de la Iglesia y Sociedad Metodista Unida con sede en Washington. Su trabajo incluye, entre otros aspectos, ocuparse de la utilización equitativa y justa de los recursos que Dios provee a la humanidad.
En una entrevista realizada desde Beit Jala cerca a Belén en la Tierra Santa, ella destacó que la propiedad del agua y el acceso a ella han comenzado a convertirse en una verdadera lucha en los Estados Unidos.
Flint está asentada cerca del río que lleva su nombre, a unos 106 kilómetros (66 millas) al noroeste de Detroit, donde a los problemas raciales y de pobreza se ha unido el debate sobre el uso del agua en la ciudad.
"Después de Flint, la población de Michigan pasó de la compra de agua a través de Detroit al abastecimiento local desde el río Flint, y los residentes comenzaron a notar un cambio en la calidad del agua", escribió Jayde Lovell en la publicación Scientific American del 2 de marzo.
En abril de 2014, la población de Flint transfirió su lugar de provisión de agua del lago Huron -que venía a través de Detroit- al río Flint.
El problema se agravó por el hecho de que no se aplicaron medidas anticorrosivas. Después de dos estudios independientes, se concluyó que el envenenamiento por plomo causado por el agua se encuentra presente en la población del área.
"Los investigadores estiman que un 4% de niños de cero a cinco años tendrían elevados niveles de plomo en su sangre - un porcentaje casi el doble del observado antes de que la población empezara a consumir el agua del río Flint", escribió Lovell.
Con una población estimada de 100.000 personas, en su mayoría pobres, desposeídos, y que no tienen la posibilidad de acceder al agua de sus propios grifos, Flint es "uno de los mayores desastres de justicia ambiental que conozco", señala Paul Mohai, quien estudia los problemas relativos a justicia ambiental en la Universidad de Michigan.
El debate sobre el uso justo del agua en Flint continúa.
En un artículo publicado en su página web sobre Historia negra y Cuaresma, la Dra. Henry-Crowe escribe: "La Cuaresma es un regalo de la Iglesia que nos concede tiempo para la oración y la reflexión acerca de la propuesta de Dios de una nueva Vida para todos."
La Dra. Henry-Crowe se pregunta: “¿Lo que reside en nuestros corazones necesita ser limpiado para poder renacer? ¿Qué busca esa nueva vida al hacernos un llamado a ser testigos de la justicia económica y racial en nuestra propia congregación y comunidad? "
*Para más información acerca del artículo, visite el enlace: https://www.oikoumene.org/es/press-centre/news/flint2019s-corrosive-water-sparks-debate-on-us-resource-inequity