Nota del Editor: Esta es el primero de una serie de artículos en desarrollo sobre iglesias en Virginia Occidental que se enfrentan a la crisis de los opioides.
Ann Hammond, miembro de la Iglesia Metodista Unida en Clarksburg, Virginia Occidental y en tratamiento por su adicción a la heroína, dijo que su iglesia era uno de los únicos lugares en los que sintió alivio durante su lucha contra la adicción. “Las iglesias pueden ayudar a romper el estigma y apoyar a las familias de los/as adictos/as. Hay que reconocer que puede ser cualquier familia pues la adicción no conoce de clases" dijo Hammond, quien ahora tiene 12 años sin consumir, y trabaja como asesora de recuperación entre iguales para el centro de recursos para la adicción First Choice Services.
La crisis nacional de opiáceos ha encabezado los titulares de noticias durante mucho tiempo, pero es difícil de comprender las estadísticas más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, que muestran que en 2017 hubo 70.237 muertes por sobredosis en los Estados Unidos, de las cuales 47.600 eran relacionadas con los opioides. En comparación, el número total de muertes en los Estados Unidos durante la guerra de Vietnam fue de 58.200.
A la luz de datos tan abrumadores, es difícil ver alguna esperanza de cambiar el rumbo de la adicción, pero la Conferencia Anual de Virginia Occidental de La Iglesia Metodista Unida (IMU) comenzó a preguntar: "¿Qué pasa si la iglesia se involucra?".
Durante la temporada de Cuaresma de 2018, la conferencia creó la iniciativa “¿Qué pasaría si?”, que es una serie de siete semanas para incluir en el boletín, con devocionales y preguntas de discusión que alientan a las iglesias a preguntarse qué podrían hacer para enfrentar la crisis, ya sea ayudando a las personas con adicción o en recuperación, o a las familias de quienes luchan contra la adicción.
El Rev. Barry Steiner Ball se encuentra en una posición única para encabezar esta iniciativa, ya que no sólo es un pastor, sino que también es un agente recientemente retirado de la Administración de Control de Drogas. Está casado con la Obispa Sandra Steiner Ball, y se apresura a explicar que su nombramiento no es oficial.
"Soy un voluntario y esto es una pasión. Todos incluyendo gobierno, servicios sociales, departamento de bomberos, policía, servicios de protección infantil y grupos de recuperación, están haciendo lo mejor que pueden y siguen perdiendo la batalla. Entonces vi la necesidad de que las iglesias respondan a la epidemia; en cada ciudad tenemos al menos una iglesia llena de gente buena que sólo necesita un poco de educación y un empujón para que salgan a ayudar por la “puerta principal" nos comentó.
Steiner Ball enumera una serie de ideas prácticas de ministerio que cualquier iglesia podría adoptar:
* "Los/as miembros de la familia necesitan un lugar para golpearse la cabeza contra la pared y que alguien les diga: 'No estás loco/a'. Las iglesias pueden encontrarlos/as y ministrarlos/as en sus hogares o, mejor aún, formar grupos con otros padres/madres y crear grupos de apoyo. Es importante que no les entregue la llave del sótano y les indique dónde está la cafetera; esté allí y conózcalos/as".
* “Aquellos/as que están en recuperación necesitan todo lo que puedan ofrecerles: amor, apoyo, educación sobre cómo cocinar, apoyo en el trabajo, identificaciones, juegos, habilidades básicas para la vida. Saldrán sobrios/as de estas casas y tendrán que vivir solos/as, quizás por primera vez ".
* “Los/as hijos/as de los/as adictos/as necesitan tutoría, defensores especiales designados/as por el tribunal y tutoría. Hay cuidado de parientes, incluso pueden considerar convertirse en padres/madres sustitutos/as".
Steiner Ball no sólo tiene una calificación única para esto, también tiene a la conferencia de Virginia Occidental y a su obispa que lo apoyan.
El estado de Virginia Occidental ha sido devastado por la epidemia de opioides. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en ingles), en 2017 Virginia Occidental tuvo la tasa más alta de muertes por sobredosis con 57,8 por 100,000 personas, ocupando el vecino Ohio el segundo lugar con 46,3.
Para la Obispa Sandra Steiner Ball, esto es personal. En uno de los videos de “¿Qué pasaría sí?” ella describe cómo su familia tiene un historial de adicciones, incluida la pérdida de un hermano menor por el alcoholismo. "Nadie habló de eso en mi familia" dijo y comentó cómo su iglesia puso a su hermano en la lista de oración cuando sus luchas se hicieron públicas, y algunos/as miembros se acercaron a sus padres con historias de sus propias luchas familiares, para hacerles saber que no estaban solos.
Resources
Ella siente que las iglesias también pueden ayudar a apoyar a los/as adictos/as activos/as. "Necesitas que alguien te acompañe y te ayude en los momentos difíciles, para que te ayude a depender de algo que ofrece la vida en lugar de las drogas".
Hammond dijo que una de las cosas más importantes que cualquier iglesia puede hacer es simplemente guardar tarjetas o folletos con información de los números de teléfono de una línea de ayuda similar a aquella para la que ella trabaja, y agregó que “es muy importante que los/as adictos/as tengan esa información de inmediato cuando estén dispuestos/as, porque eso cambiará muy rápidamente si no se la suministramos en ese momento" dijo.
“¿Qué pasaría sí?” ha provocado una nueva conversación en las iglesias de la Revda. Cheryl George, incluida la ayuda a una madre a hablar sobre su hijo adicto cuando antes había sentido que no tenía a nadie a quien recurrir. Nos dijo "En mis iglesias algunos dijeron: 'Me alegro tanto de que estés hablando de esto porque lo mismo le pasó a mi familia y no puedo hablar con la gente porque no lo entienden'".
George, quien pastorea cuatro iglesias en el área de Baker, Virginia Occidental, basó una serie de sermones en los recursos de “¿Qué pasaría sí?” y nos comentó "Prediqué la gracia y la misericordia, mirando a las personas a través de los ojos de Cristo y no de los míos". También dijo que sabe de varias iglesias que han iniciado ministerios de recuperación gracias a esta iniciativa, que incluyen organizar reuniones para celebrar la recuperación o el inicio de actividades para familias de adictos/as.
Como este es un problema a nivel nacional y no sólo un problema de Virginia Occidental, Barry Steiner Ball ha estado dirigiendo talleres a lo largo de la conexión, y también con iglesias de otras denominaciones, presentándose en unas 150 congregaciones, así como en agencias de servicios sociales, caridades católicas y un retiro para hombres presbiterianos. Ahora está trabajando con un distrito escolar donde presenta el taller a todo su personal durante un período de un año.
"Iré a cualquier parte, en cualquier momento. Sólo quiero que la gente tenga una visión de que no vamos a salir de la iglesia y acaban con el consumo de heroína, pero podemos estar allí para apoyar y brindar atención y permitir que las personas sepan que son hijos/as de Dios".
Recursos
Para descargar recursos o ver videos de la iniciativa "¿Qué pasa sí? Por favor visite www.wvumc.org/what-if.
En Virginia Occidental, 844-HELP4WV (435-7498) es una línea directa de 24 horas para guiar a los/as adictos/as y familias a los recursos y el tratamiento para la adicción y la salud mental/emocional.
* Butler es productor/editor para el Servicio Metodista Unido de Noticias. Puede llamarlo al (615) 742-5470 o escribirle a [email protected]. Para leer más noticias metodistas unidas, suscríbase gratis al Daily o Weekly Digests.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle aIMU_Hispana-Latina @umcom.org