Linda Bales Todd
19 de julio, 2012 | Comentario Iglesia y Sociedad
El Rdo. Daniels traía el evangelio a mi corazón y mente a través del humor, historias de vidas transformadas y de reconciliación, junto con otras técnicas que hacían que el mensaje de Jesús cobrara vida en mi interior, al punto de traer lágrimas a mis ojos.
Después de un tiempo sentí que el Rdo. Daniels era una persona confiable, a quien podía confiar mis luchas y problemas. Sabía que podía escucharlas con gracia, compasión y respeto. Todos decían que la IMU Hawker era un lugar seguro donde cada uno podía ser uno mismo y vivir rodeado de amor.
Llamamiento
La gente sigue el llamado al ministerio por muchas razones. Algunos quieren ser predicadores, otros maestros y otros sanadores.
Cualquiera sea la razón de obedecer el llamado al ministerio, quienes se paran detrás del púlpito tienen la oportunidad de salvar vidas espiritual y físicamente. Este es un gran don.
Pero muchas veces, por temor o falta de compasión, los predicadores no logran traer el amor de Dios y su gracia a la realidad de la vida diaria de la gente. Sabemos que son pocos los sermones que hablan del abuso doméstico, aunque sabemos que este tipo de sermones puede animar a una persona a crear una vida más segura y sana para sí misma.
Escuchando el clamor
Hace un tiempo asistí a una conferencia sobre el abuso doméstico. Uno de los expositores fue el Rdo. Charles Dahm, sacerdote de St. Pius, en Chicago, quien dijo que un domingo predicó sobre la violencia doméstica. Su sermón hizo que la congregación creciera en número y gracia. El sermón hizo que varias mujeres se acercaran a él buscando ayuda por la violencia que sufrían.
Después de un tiempo, la congregación empezó un ministerio para abordar el abuso, llamado
19 de julio, 2012 | Comentario Iglesia y Sociedad
Linda B. Todd.
El Rdo. Daniels traía el evangelio a mi corazón y mente a través del humor, historias de vidas transformadas y de reconciliación, junto con otras técnicas que hacían que el mensaje de Jesús cobrara vida en mi interior, al punto de traer lágrimas a mis ojos.
Después de un tiempo sentí que el Rdo. Daniels era una persona confiable, a quien podía confiar mis luchas y problemas. Sabía que podía escucharlas con gracia, compasión y respeto. Todos decían que la IMU Hawker era un lugar seguro donde cada uno podía ser uno mismo y vivir rodeado de amor.
Llamamiento
La gente sigue el llamado al ministerio por muchas razones. Algunos quieren ser predicadores, otros maestros y otros sanadores.
Cualquiera sea la razón de obedecer el llamado al ministerio, quienes se paran detrás del púlpito tienen la oportunidad de salvar vidas espiritual y físicamente. Este es un gran don.
Pero muchas veces, por temor o falta de compasión, los predicadores no logran traer el amor de Dios y su gracia a la realidad de la vida diaria de la gente. Sabemos que son pocos los sermones que hablan del abuso doméstico, aunque sabemos que este tipo de sermones puede animar a una persona a crear una vida más segura y sana para sí misma.
Escuchando el clamor
Hace un tiempo asistí a una conferencia sobre el abuso doméstico. Uno de los expositores fue el Rdo. Charles Dahm, sacerdote de St. Pius, en Chicago, quien dijo que un domingo predicó sobre la violencia doméstica. Su sermón hizo que la congregación creciera en número y gracia. El sermón hizo que varias mujeres se acercaran a él buscando ayuda por la violencia que sufrían.
Después de un tiempo, la congregación empezó un ministerio para abordar el abuso, llamado