Larry Hollon*
30 de mayo, 2012 | Comentario UMNS
Está surgiendo una clase media mundial, no sólo en el Brasil, Rusia, India y China), sino en algunos países del África. He estado pensando en este hecho después de la reciente Conferencia General 2012, Tampa, Fla.
Los metodistas unidos son ahora miembros de esta nueva clase media global y me pregunto cómo afectará esto a la iglesia en el futuro.
Según Brink Lindsay, de Ewing Marion Kauffman Foundation, la venida de una clase media global está llevando el centro de gravedad económico y político hacia el sur y el este, desde los Estados Unidos hacia Europa, África, Latinoamérica y Asia. También está provocando un cambio cultural. Nuestra última Conferencia General experimentó este cambio con la presencia más numerosa de delegados de fuera de los Estados Unidos.
Los niveles de educación formal están levantándose alrededor del mundo, para responder a la necesidad de más trabajadores técnicos. Billones de personas se mueven de una situación en la que sólo podían cubrir necesidades básicas de subsistencia a estilos de vida más afluentes. Se estima que por el año 2022 la gente que vive en la pobreza será una minoría.
Nueva generación de líderes
La mayoría de los delegados que van a la Conferencia General son gente blanca profesional, personal a tiempo completo de las agencias y clero. Es gente que tiene los medios para ausentarse 10 días del trabajo para trabajar a favor de la iglesia en un medio internacional. Algunos sacrifican sus vacaciones y aportan a los gastos que se producen. Pero la habilidad de hacer algo así implica un nivel de autonomía y posición.
Lindsay afirma que "el crecimiento explosivo de opciones y capacidades está trayendo una reorientación fundamental de la cultura que se aleja de un estado de servilismo a una tradición antigua y una autoridad establecida, hacia un nuevo código de autonomía y autorrealización".
Además, se está levantando una nueva generación de liderazgo educado y capaz tecnológicamente. Estos jóvenes reformarán la iglesia y la llevarán en nuevas direcciones. Son jóvenes del norte y del sur que tienen una conciencia más global, multicultural y diversa que las generaciones anteriores.
Esto ya está empezando. En las conversaciones en corredores, escuché críticas contra el liderazgo autoritario y los nombramientos a comités que vienen por un patrocinio político. También escuche la frustración juvenil de no ser incluidos en la toma de decisiones y otras expresiones de autonomía, así como el deseo de participar. Todo esto revela que el cambio está a las puertas.
Un nuevo territorio
Mientras que muchas dinámicas estuvieron presentes, es muy informativo que la iglesia no haya podido legislar una restructuración de la iglesia. La restructuración se lanzó de cabeza contra las nuevas expectativas y poder de votación de la nueva clase media global de la Iglesia Metodista Unida, expectaciones que incluían la participación e influencia en la toma de decisiones.
Cuando el debate de la plenaria se centró en la participación económica de las conferencias jurisdiccionales y las conferencias centrales en su apoyo al presupuesto general de la iglesia, surgió una señal de lo porvenir. Se le pedirá a las conferencias centrales que contribuyan más al presupuesto general de la iglesia. También tendremos que analizar otra vez el estudio sobre la naturaleza global de la iglesia, que llama a tener más autonomía regional.
También se discuten cosas como el rol del episcopado, el liderazgo laico, la representación equitativa, asuntos no resueltos sobre la sexualidad humana, cómo financiamos la iglesia y qué queremos decir por "iglesia global".
Cómo tratamos estos temas afectará cómo las diferentes regiones del mundo se relacionan unas con otras y cómo redefinen los esfuerzos misionales y de asociación.
En un futuro próximo, estos temas serán más agudos y exigirán más atención de la que les hemos dado. Son temas que tienen que ver con quiénes somos como iglesia. Requerirán una larga y seria conversación sobre cómo queremos avanzar juntos en un terreno cambiante sin mapas ni señales de tráfico.
*Larry Hollon es Secretario General de Comunicaciones Metodistas Unidas con base en Nashville, Tenn.
30 de mayo, 2012 | Comentario UMNS
Mfundo Zonke, delegado de la Conferencia Anual Provisional de Sudáfrica, habla durante la Conferencia General 2012, en Tampa, Fla. Foto UMNS por Paul Jeffrey.
Está surgiendo una clase media mundial, no sólo en el Brasil, Rusia, India y China), sino en algunos países del África. He estado pensando en este hecho después de la reciente Conferencia General 2012, Tampa, Fla.
Los metodistas unidos son ahora miembros de esta nueva clase media global y me pregunto cómo afectará esto a la iglesia en el futuro.
Según Brink Lindsay, de Ewing Marion Kauffman Foundation, la venida de una clase media global está llevando el centro de gravedad económico y político hacia el sur y el este, desde los Estados Unidos hacia Europa, África, Latinoamérica y Asia. También está provocando un cambio cultural. Nuestra última Conferencia General experimentó este cambio con la presencia más numerosa de delegados de fuera de los Estados Unidos.
Los niveles de educación formal están levantándose alrededor del mundo, para responder a la necesidad de más trabajadores técnicos. Billones de personas se mueven de una situación en la que sólo podían cubrir necesidades básicas de subsistencia a estilos de vida más afluentes. Se estima que por el año 2022 la gente que vive en la pobreza será una minoría.
Nueva generación de líderes
La mayoría de los delegados que van a la Conferencia General son gente blanca profesional, personal a tiempo completo de las agencias y clero. Es gente que tiene los medios para ausentarse 10 días del trabajo para trabajar a favor de la iglesia en un medio internacional. Algunos sacrifican sus vacaciones y aportan a los gastos que se producen. Pero la habilidad de hacer algo así implica un nivel de autonomía y posición.
Lindsay afirma que "el crecimiento explosivo de opciones y capacidades está trayendo una reorientación fundamental de la cultura que se aleja de un estado de servilismo a una tradición antigua y una autoridad establecida, hacia un nuevo código de autonomía y autorrealización".
Además, se está levantando una nueva generación de liderazgo educado y capaz tecnológicamente. Estos jóvenes reformarán la iglesia y la llevarán en nuevas direcciones. Son jóvenes del norte y del sur que tienen una conciencia más global, multicultural y diversa que las generaciones anteriores.
Esto ya está empezando. En las conversaciones en corredores, escuché críticas contra el liderazgo autoritario y los nombramientos a comités que vienen por un patrocinio político. También escuche la frustración juvenil de no ser incluidos en la toma de decisiones y otras expresiones de autonomía, así como el deseo de participar. Todo esto revela que el cambio está a las puertas.
Un nuevo territorio
Mientras que muchas dinámicas estuvieron presentes, es muy informativo que la iglesia no haya podido legislar una restructuración de la iglesia. La restructuración se lanzó de cabeza contra las nuevas expectativas y poder de votación de la nueva clase media global de la Iglesia Metodista Unida, expectaciones que incluían la participación e influencia en la toma de decisiones.
Cuando el debate de la plenaria se centró en la participación económica de las conferencias jurisdiccionales y las conferencias centrales en su apoyo al presupuesto general de la iglesia, surgió una señal de lo porvenir. Se le pedirá a las conferencias centrales que contribuyan más al presupuesto general de la iglesia. También tendremos que analizar otra vez el estudio sobre la naturaleza global de la iglesia, que llama a tener más autonomía regional.
También se discuten cosas como el rol del episcopado, el liderazgo laico, la representación equitativa, asuntos no resueltos sobre la sexualidad humana, cómo financiamos la iglesia y qué queremos decir por "iglesia global".
Cómo tratamos estos temas afectará cómo las diferentes regiones del mundo se relacionan unas con otras y cómo redefinen los esfuerzos misionales y de asociación.
En un futuro próximo, estos temas serán más agudos y exigirán más atención de la que les hemos dado. Son temas que tienen que ver con quiénes somos como iglesia. Requerirán una larga y seria conversación sobre cómo queremos avanzar juntos en un terreno cambiante sin mapas ni señales de tráfico.
*Larry Hollon es Secretario General de Comunicaciones Metodistas Unidas con base en Nashville, Tenn.