Nota editorial: La siguiente es una declaración emitida por Metodistas Unidos Representando la Causa de los Hispano-Americanos (MARCHA), caucus oficial hispano de la Iglesia Metodista Unida.
"¿Qué es lo que el Señor demanda de ti?... solamente hacer justicia, amar con misericordia y caminar humildemente con tu Dios" (Miqueas 6:6-8)
"Y cuando el extranjero habite en tu tierra, no lo oprimas. Como a uno de ustedes le trataréis, y le amarás como a ti mismo&ellipsis;" (Lev. 19:33,34)
MARCHA (Metodistas Asociados Representando la Causa Hispano-Americana) ha estado por muchos años orando y abogando por una reforma comprensiva del sistema de inmigración de los Estados Unidos. Reconocemos que la realidad de la inmigración actual es principalmente consecuencia de poderes económicos entre naciones que crean más desigualdades en otros países y en nuestra propia tierra, forzando a personas a buscar maneras de sobrevivencia.
El presente sistema ha creado gran sufrimiento con trágicas consecuencias. En el espacio de unos pocos años, hemos visto varias congregaciones hispanas diezmadas, hemos sido testigos del sufrimiento de niños y niñas cuyos padres y madres han sido deportados, y nos hemos dolido por la trágica muerte de muchas personas en el desierto. Nos regocijamos que el clima político de nuestra nación ha cambiado, que la historia y la esperanza se han juntado, abriendo el espacio para una justa y humana reforma a las leyes de inmigración en nuestro país. Como personas de fe, percibimos este momento como un llamado a "hacer la justicia y amar misericordiosamente", y a tomar las acciones correctas y morales que reconozcan los derechos humanos y civiles de nuestros hermanos y hermanas inmigrantes, permitiéndoles salir de las sombras hacia una vida de paz y esperanza.
Hacemos un llamado a cada metodista unido y a toda persona de fe a aprovechar este momento, para abogar abierta y contundentemente ante el Congreso de los EE.UU. por cambios que reúnan a las familias, debiendo proteger a hijas e hijos separados y reconocer los dones y contribuciones que los inmigrantes aportan a nuestra nación. Esto no es un llamado a la tolerancia, sino un llamado a la hospitalidad basada en el reconocimiento de relacionalidad esencial. Debemos recordar que la fidelidad de la iglesia se mide de acuerdo a cómo tratamos y abogamos por los más vulnerables en nuestras sociedades.
Nos anima saber que un grupo de ocho Senadores están escribiendo legislación para una reforma a las leyes de inmigración y nos alegra oír las declaraciones del Presidente Obama, quien afirma la necesidad de corregir el sistema injusto e inadecuado de inmigración. Pero observamos con preocupación que, a pesar de que muchas voces demandan una reforma de inmigración, hay propuestas que no abordan todas las acciones necesarias para crear una justa y comprensiva reforma. Por lo tanto, proponemos los siguientes principios que guíen esta abogacía:
- Pedir al Presidente Obama que inmediatamente detenga las deportaciones, mientras el Congreso decide sobre la reforma comprensiva, manteniendo a las familias unidas.
- Pedir a los gobiernos estatales por el cuidado y protección de niños y niñas que han sido separados de sus padres y madres, debido a redadas de inmigración y deportaciones, hasta que una vez más puedan reunirse con sus padres y madres.
- Pedir al Gobierno Federal que continúe desafiando la legalidad de leyes estatales anti-inmigrantes.
- Pedir al Congreso que apruebe el "Dream Act" en su totalidad.
- Pedir que todos los beneficiarios de la Acción Diferida sean incluidos en el "Affordable Health Care".
- Asegurar que cualquier reforma de inmigración provea un camino hacia la plena ciudadanía.
- Asegurar la protección de todo trabajador/a de ser explotado y de competencia injusta.
- Denunciar cualquier incidente de perfil racial que tenga lugar en cualquier lugar en nuestra nación.
Les invitamos a unirse con nosotros en oración y en acciones de abogacía, hasta que se logre una reforma justa y humana de nuestro sistema de inmigración.
Enero 27, 2013.