Mi nombre es Amy Valdez Barker y tengo el gran honor de haber sido invitada a servir a Dios en el ministerio de la Mesa Conexional de la Iglesia Metodista Unida.
Soy metodista de nacimiento y sigo enamorada de Dios a través de lo que aprendo de nuestra tradición y de tanta gente metodista unida que conozco.
Entiendo que no somos una iglesia perfecta, ni tenemos un sistema conexional perfecto, pero las cosas buenas que hacemos en todo el mundo me animan y dan esperanza. Nuestro entendimiento teológico de la gracia y amor de Dios es celebrado y compartido, al recordar que Dios nos llama a ser su pueblo a través de la IMU.
Gil Rendle ha escrito: "Hoy la gente viene a la iglesia porque quiere tener una relación significativa con otras personas que también buscan propósito y significado como respuesta a las preguntas que tienen sobre sus vidas". Creo que la IMU ofrece un propósito inspirador para que el pueblo de Dios viva vidas transformadas que reflejen abundantemente la gracia y el amor de Dios.
Aunque muchas veces estamos lejos de lograrlo, creo que no debemos dejar de tratar de vivir vidas transformadas que aman a Dios y que comparten ese amor con los vecinos de todo el mundo.
Recordemos estas palabras: "Me entrego completamente a ti, Dios. Asígname mi lugar en tu creación. Permite que sufra por ti. Dame la labor que quieres que haga. Dame muchas tareas o déjame que me haga a un lado, mientras tú llamas a otros. Haz que florezca o que sea humilde. Dame riquezas o déjame vivir en pobreza. Te entrego libremente todo lo que soy y todo lo que tengo&ellipsis;".
Estas palabras vienen del Servicio de Renovación de Pacto que John Wesley publicó en 1753 y que procede de un texto puritano cien años más antiguo.
La médula de la identidad metodista unida que hoy reclamo para mí viene de los elementos básicos de esta oración de pacto. Afirmo esta tradición que busca que uno se rinda completamente al Creador. Motivados por ese profundo amor a Dios deseamos compartir el mismo amor con otros.
Me encanta que, en nuestra tradición, creemos de todo corazón en la abundante gracia de Dios ofrecida a todos en todo lugar. Lo que me mantiene cerca de esta iglesia continuamente es que somos un pueblo que trata de entender lo que significa la gracia de Dios hoy y que trata de vivir una vida en santidad. El énfasis en nuestra relación personal con Dios y en nuestra responsabilidad hacia el prójimo, comunidad y toda la creación, nos impactan de tal forma que me recuerdan cómo quiere Dios que viva en el mundo hoy.
El regalo de nuestro sistema conexional es que somos gente que se esfuerza para vivir como la familia de Dios, apoyándonos y animándonos unos a otros a ser fieles. Como toda familia, tenemos momentos preciosos y momentos de gran desafío, pero siempre tratamos de amarnos unos a otros como Dios nos ama.
Es por esto que elegí ser metodista unida.