El “miércoles de ceniza” comienza la temporada de Cuaresma, una época en la que muchos/as cristianos/as se preparan para la Pascua observando un período de ayuno, arrepentimiento, moderación y disciplina espiritual. Aunque el “miércoles de ceniza” tiene raíces antiguas, no aparece en los rituales de La Iglesia Metodista Unida o en nuestras denominaciones predecesoras hasta el siglo XX.
El “miércoles de ceniza” enfatiza dos temas: nuestro pecado ante Dios y nuestra mortalidad humana. El servicio se centra en ambos temas, ayudándonos a darnos cuenta de que ambos pueden ser trascendidos a través de la muerte y resurrección de Jesucristo.
Las cenizas son un símbolo antiguo. En Génesis, leemos que Dios formó a los seres humanos del polvo de la tierra (Génesis 2: 7). Después de la expulsión del Jardín del Edén, Dios le dice a los primeros seres humanos: “Tú eres polvo, y al polvo volverás” (Génesis 3:19). La palabra hebrea traducida polvo, se traduce ocasionalmente cenizas en otros lugares. A lo largo de las Escrituras, las cenizas son parte de los rituales cuando las personas buscan el perdón y lloran su pecado (vea Números 19: 9, 17; Hebreos 9:13; Jonás 3: 6; Mateo 11:21 y Lucas 10:13, entre otros).
La imposición de cenizas en las frentes de los cristianos para marcar el inicio de la Cuaresma se puede rastrear al menos hasta el siglo X.
En los siglos anteriores, las cenizas se usaban para marcar a aquellos que habían sido separados de la iglesia a causa de pecados graves y estaban tratando de ser readmitidos en la comunión de la iglesia. En efecto, estaban rehaciendo el proceso de preparación final para la membresía de la iglesia junto con los que lo hacían por primera vez. Fueron rociados con cenizas y se les dieron prendas ásperas para usar como una señal de dolor por sus pecados y su compromiso de buscar la renovación en la vida cristiana a través de esta temporada.
Desde el siglo X, la observancia del “miércoles de ceniza” se ha convertido en un rito general para todos en la iglesia.
Los/as metodistas unidos/as primero adoptaron un ritual oficial para este dia que involucra el uso de cenizas en el Libro de Adoración de 1992. Antes de ese momento, no teníamos ningún servicio oficial para este día (hasta 1964) o teníamos un "sin cenizas" (Libro de Adoración de 1965).
En muchas iglesias, las cenizas se hacen quemando las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. Las cenizas se colocan en la frente, generalmente en el signo de una cruz, en un ritual conocido como la imposición de cenizas. La cruz de ceniza en la frente es una señal externa de nuestro dolor y arrepentimiento por los pecados.
Cuando las cenizas se colocan en la frente, se pronuncian palabras como éstas: "Recuerda que eres polvo y al polvo volverás", recordando las palabras de Dios a Adán en Génesis 3:19, o "Arrepiéntete, y cree en el evangelio" Recordando el mensaje tanto de Juan el Bautista como de Jesús (Marcos 1:15).
A través del servicio de cenizas en el primer día de Cuaresma, nos presentamos ante Dios reconociendo nuestra humanidad, arrepintiéndonos de nuestro pecado y recordando quiénes somos y quiénes podemos ser.
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** El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Noticias Metodistas Unidas para a audiencia hispano/latina. Puede contactarle al (615)742-5155 o por el [email protected]