El pasado mes de enero de 2018, 39 estudiantes en Guatemala recibieron su Certificado de Ministerio Pastoral Metodista, a través de un programa de la escuela de Divinidades de la Universidad Duke (institución de La Iglesia Metodista Unida) que comenzó en agosto de 2014. El programa, que consistió en sesiones intensivas de tres días en los meses de enero y agosto, fue lanzado con el apoyo de La Junta General de Ministerios Globales (GBGM), la Junta General de Educación Superior y Ministerio (GBHEM) y a pedido de la Iglesia Evangélica Nacional Metodista Primitiva de Guatemala (IENMPG), para ayudar a la formación de los/as pastores/as metodistas guatemaltecos/as.
Una ley aprobada en Guatemala en 2013 requiere que todos/as los/as pastores/as tengan capacitación secular y teológica. Esta ley presentó un desafío para los/as pastores/as metodistas en el país, ya que había oportunidades limitadas para la capacitación necesaria dentro del país. Además, no hay ministros/as asalariados/as en la iglesia metodista en Guatemala, y los/as ministros/as generalmente tienen trabajos fuera de la iglesia, circunstancias que hacen que un programa de entrenamiento del clero, bajo los esquemas tradicionales, sea inviable. El programa de certificación estaba destinado a llenar el vacío en materia de credenciales para que los/as pastores/as metodistas pudieran continuar su trabajo.
El profesorado, el personal, el estudiantado y los/as ex alumnos/as de la Facultad de Divinidades de Duke, se encargan de la enseñanza. Así mismo, pastores/as que formaban parte de otro programa de la escuela en El Salvador, ayudaron en la tarea pedagógica incluyendo algunos/as guatemaltecos/as. El cuerpo docente del programa estuvo integrado Edgardo Colón-Emeric y Warren Smith, Ismael Ruiz-Millan, Alaina Kleinbeck, los estudiantes Mandy Rodgers-Gates y Tito Madrazo, y los ex alumnos Erwin López y Chauncey Handy.
Durante el programa, que se impartió en español, los/as instructores/as aprendieron cómo adaptarse a las realidades de la enseñanza de estudiantes que tenían una alfabetización básico. "Muchos de nuestros/as estudiantes no hablan español. El idioma nativo se llama Quiché, así que tuvimos que cambiar radicalmente la forma en que estábamos enseñando. Al principio era una formación basada en conferencias con exámenes y tareas. Pero tuvimos una tasa de fracaso muy alta: los problemas se debieron a la falta de fluidez en español y también al nivel educacional de los/as estudiantes", dijo Colón-Emeric.
Los/as instructores/as ajustaron el plan de estudios para satisfacer las necesidades del estudiantado, pasando de conferencias prolongadas a sesiones más concretas y al trabajo en grupos pequeños que servirían para reforzar el material, además de más pruebas orales.
"La enseñanza y el aprendizaje mutuo es lo que funciona en Guatemala", dijo Ismael Ruiz-Millan quien agregó que "los/as instructores/as deben adoptar una postura receptiva al aprendizaje, y lo que es más importante, deben permitir que los/as alumnos/as les guíen mientras enseñan; los/as estudiantes también se convierten en instructores/as de alguna manera. Esta es, sin duda, una forma tangible de ver al Espíritu Santo superando las barreras culturales, lingüísticas y teológicas”.
"Muchos/as de los/as pastores/as no pueden leer o no pueden hacerlo con fluidez porque no han tenido muchas oportunidades de educación formal. Me senté al lado de un hombre al que había ayudado con notas de la clase. Durante un refrigerio, estábamos hablando de discipulado, y él dijo: "Díganme en una frase corta que puedo recordar, ¿qué es lo más importante que debo recordar cuando sirvo en la santa comunión para nuestra iglesia?" Fue realmente un momento emotivo para mí, la humildad de que 'necesito recordar esto'. Creo que ese tipo de oportunidad para alguien que está sirviendo fielmente en una iglesia, pero que simultáneamente lo está haciendo sin poder leer es una especie de milagro", dijo Kleinbeck encargado de las inscripciones en el programa”.
Las materias de estudio que se ofrecieron en el programa fueron historia metodista, adoración y discipulado. Además, había aspectos sociales del programa que extendían la enseñanza más allá de la instrucción formal. Por ejemplo, aunque la IENMPG históricamente no ha dejado espacio para las mujeres en puestos de liderazgo, algunos/as de los/as estudiantes, conferenciantes y líderes de grupos pequeños eran mujeres. "Esa experiencia ha ampliado sus horizontes y les ha ayudado a pensar más ampliamente sobre las posibilidades de que las mujeres sirvan a la iglesia metodista en Guatemala", dijo Colón-Emeric.
La experiencia también ayudó a los estudiantes a solidificar su sentido de identidad metodista, dijo Colón-Emeric: "Su ministerio y su predicación son ahora más teológicamente más conscientes de dónde están ubicados en Guatemala y los regalos que tienen como guatemaltecos y metodistas guatemaltecos. La IENMPG ha estado aislada de alguna manera en la región debido a la geografía, el idioma, la cultura y existe un interés real de conectarse con otros metodistas. Están orgullosos de ser metodistas guatemaltecos, pero también están ansiosos por conectarse con metodistas de otros contextos y compartir quiénes son".
El servicio de graduación fue una conclusión conmovedora y festiva para el porgrama. Los/as egresados/as organizaron un comité para planificar el servicio, invitaron a una banda juvenil y decoraron el espacio en la tradición de las festividades guatemaltecas. Más de 350 asistenmtes entre familiares, miembros de la iglesia y amigos/as se reunieron para el servicio.
Los/as graduandos/as llevaban trajes hechos a mano por un maestro del programa y recibieron diplomas de Duke y del comité ejecutivo de la iglesia.
“El futuro del programa no está del todo claro. La Junta General de Educación Superior y Ministerio (GBHEM) de La Iglesia Metodista Unida, se comprometió a apoyar un sólo período en 2018 y es el que acaba de concluirse. No hay recursos hasta el momento para iniciar un nuevo período. Vamos a tener una conversación con los/as guatemaltecos/as y con gente de otros países de la región para discutir lo que pueda hacerse en el futuro" dijo Colón-Emeric.
Sin embargo, el impacto del programa ha quedado claro para todos/as los/as participantes. "Es un gran logro el poder finalizar el programa, en términos de perseverancia y de esfuerzo en el trabajo. La gente está muy entusiasmada y hay mucha expectativa en la comunidad sobre el trabajo que recientemente han culminado. Será un momento muy importante para los/as participantes en la vida de la iglesia en Guatemala".
* Para ver el artículo original en inglés, publicado por la Escuela de Divinidades de la Universidad Duke, pulse aquí.
** El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5111 o por el [email protected].