Relacionarse con un grupo de neonazis mostró cómo el miedo, la necesidad de pertenencia y la desinformación sobre el cristianismo habían forjado un vínculo peligroso.
En lo que el Obispo presidente David Graves llamó un “momento histórico”, la Conferencia General aprobó el 2 de mayo una nueva legislación que autoriza a los/as diáconos/as a ministrar los sacramentos en sus entornos ministeriales.