Claves:
- Iglesia metodista mexicana busca ampliar ministerio migratorio con apoyo de UMCOR y CAL-PAC.
- Historias y testimonios de migrantes que atraviesan varias fronteras de la región centroamericana con el sueño de llegar a los EE.UU.
- El ministerio con migrantes tiene carácter ecuménico, por la diversidad y complejidad de situaciones que hay que atender.
- El desarrollo de una pastoral migratoria metodista debe atender al/a la migrante, la familia y las iglesias que trabajen con estos ministerios.
“La Gran Comisión” entre migrantes llevando el mensaje, el bautismo y el discipulado
En 2018, ante las olas migratorias masivas que se vieron en Tapachula, con la llegada de las primeras caravanas, los refugios existentes se vieron rebasados y comenzaron a moverse distintos sectores sociales para responder a la situación y en 2019 logran abrir el Refugio Solidaridad y Hospitalidad.
El proyecto que dio origen a este refugio estuvo conformado por “jóvenes profesionales humanitarios y académicos en asociación con las congregaciones religiosas Misioneras Combonianas y las Apostólicas del Corazón de Jesús”, como reza en su página web.
Un niño corre por la cancha de baloncesto en el albergue para migrantes Hospitalidad y Solidaridad en Tapachula, México. Foto de Mike DuBose, Noticias MU.
En la visita que el grupo pudo hacer a este refugio, se evidenció la buena planificación y trabajo que desarrolla esta institución entre la población migrante. Es contrastante con otros albergues, las condiciones de infraestructura y organización de Solidaridad y Hospitalidad, representan un ejemplo operativo a seguir en varios aspectos. Uno de los más interesantes es que se ha procurado desde el principio, mantener la preservación ecológica y la utilización de energías limpias en su funcionamiento. La propia infraestructura está construida de una manera modular, con prefabricados, que permitiría el traslado y reinstalación del albergue en otro lugar si así se requiriera.
El refugio cuenta con una escuela multigrado que atiende a estudiantes entre 4 y 17 años, con una metodología que responde a la realidad emocional, física y multicultural de la población en condición de refugiados/as dentro de el albergue. Foto Rev. Gustavo Vasquez, Noticias MU.
El albergue se rige manuales de estándares internacionales de atención humanitaria y de emergencias. Los servicios de atención se ofrecen a hombres, mujeres, familias, personas con discapacidades, adultos-as mayores y personas de la comunidad LGBTQ: “no tenemos ningún tipo de distinción por nacionalidad, aunque la mayoría de las personas son de origen centroamericano e hispanohablantes de otras regiones. Sin embargo, actualmente tenemos personas de Ghana, Nigeria, Pakistán, Jordania y de Corea”, afirmó Fernanda Acevedo Coordinadora General del albergue
Entre los servicios que ofrecen están la atención medica primaria, este es uno de los elementos importantes dentro de la atención humanitaria. Así mismo, la salud emocional es otro aspecto que comprende esta atención: “reconocemos que las necesidades de salud mental, son cada vez mayores entre la población migrante. Sin embargo, actualmente no contamos con profesionales de la psicología que puedan proveer este servicio, por lo que remitimos a las personas a organizaciones que lo provean en la ciudad, a través de la interrelación que mantenemos con diferentes instituciones”, dijo Acevedo.
La Obispa Raquel Balbuena Osorio (derecha) de la Iglesia Metodista en México recibe un beso de Zoe, de 14 meses, durante una visita al albergue para migrantes Hospitalidad y Solidaridad en Tapachula. Foto de Mike DuBose, Noticias MU.
Este albergue cuenta, entre otras cosas, con espacios de recreación, canchas deportivas, salones de clases, espacios de cultivos y cría de animales, así como comedores y salones de usos múltiples para actividades grupales, un teléfono y computadoras para atender las necesidades de comunicación con las familias a nivel nacional e internacional.
El refugio está orientado a recibir a personas que están procesando casos de asilo, por lo que el tiempo de estadía puede variar entre 45 días a 6 meses dependiendo el proceso que lleve cada caso. Es por ello que tienen una escuela multigrado, para atender a estudiantes entre 4 y 17 años, con una metodología no tradicional y adaptada a la realidad emocional y física de la condición de refugiados/as que tienen los /as: “nuestro propósito no es crear un sistema de educación paralelo, sino proveer un servicio de educación suplementaria que reduzca la brecha educativa de los/as niños/as y adolescentes”, dijo Acevedo quien agregó que “en 2021 atendimos a 1400 personas de las cuales 426 niños/as y adolescentes”.
El Rev. Uzi Castañeda Morales de la Iglesia Metodista en México intercede en oración por Nancy, José y su hija Dina, luego de que la bebé fuera bautizado en el albergue Hospitalidad y Solidaridad en Tapachula. Foto de Mike DuBose, Noticias MU.
Dos de esas niñas comprendidas en esta estadística son Dina Isabel, de un mes (nacida en el refugio) y Meidelin de 6 años, quienes fueron presentadas al bautismo por sus padres/madres Nancy y José, aprovechando la presencia de este grupo integrado principalmente por obispos/as y pastores/as.
Esta joven familia inmigrante salvadoreña tiene mucha fe en que Dios les acompañe en su proceso migratorio y por eso quisieron que sus hijas fueran bautizadas antes de seguir su camino, en los próximos meses.
La Pastora “Toña” Rios, de la Conferencia Anual de California-Pacífico de La IMU, presidió la ceremonia junto con los/as obispos/as de la IMMAR Raquel Balbuena y Felipe Ruiz, para impartir el sacramento bautismal a las niñas. Entonando el canto “Dios está aquí”, Dina Isabel y Meidelin fueron bautizadas en nombre del “Padre, del Hijo y del espíritu Santo”.
La Rvda. Toña Ríos sostiene a Dina durante un servicio de bautismo improvisado en el albergue para migrantes Hospitalidad y Solidaridad en Tapachula. Dina nació mientras su familia huía de El Salvador. Ríos es pastora de La Iglesia Metodista Unida de Baldwin Park (California). Compartiendo en el servicio están los/as obispos/as Felipe Ruiz Aguilar y Raquel Balbuena Osorio de la Iglesia Metodista en México. Foto de Mike DuBose, Noticias MU.
La familia George son la versión metodista de "Las Patronas"
Siguiendo la ruta que miles de personas transitan de diferentes maneras desde el sur de México, buscando llegar a la frontera con los Estados Unidos, el grupo viajó hacia la zona centro del país para visitar albergues, iglesias y entrevistarse con migrantes y con quienes les apoyan en el camino. El primer punto fue la población de Apizaco.
El grupo visitó a una familia metodista que se dedicó por varios años a atender a migrantes en su propia casa, ya que su patio trasero, era atravesado por los rieles del tren, sobre el cual miles de migrantes viajan a distintos puntos del país.
La familia George participa en la iglesia metodista local y desde la abuela Doña Hermelinda George Sanchez, hasta varios de sus hijos/as y nietos/as, han ayudado a muchos/as migrantes que han llegado a los predios de su casa en búsqueda de apoyo llenos/as de necesidades.
Virginia George-George le muestra al Rev. Arturo González Sandoval las vías del tren detrás de su casa en Tlaltelulco, México, a unas 12 millas de Apizaco. Ella y su familia se encontraron inesperadamente envueltas en un ministerio que tocó las puertas del patio trasero de su vivienda por donde pasan los rieles del tren: brindar cobijo y cuidado a los/as migrantes que viajaban hacia la frontera norte con Estados Unidos. Al fondo el Rev. Uzi Castañeda Morales quien es pastor de la familia y líder de la iglesia metodista local. Foto de Mike DuBose, Noticias MU.
“Muchos/as inmigrantes que pasaban venían a pedir comida, ropa, zapatos, agua... Siempre los/as veíamos parados/as junto a un árbol de naranja que está al lado de nuestro jardín. Parecía que ese era un punto de referencia que muchos tenían para concentrarse y buscar de nuestra ayuda”, cuenta Doña Hermelinda.
Así como Las Patronas, un grupo de mujeres voluntarias en Veracruz que desde 1994 dan alimentos y asistencia a migrantes lanzándoles víveres en las vías del tren conocido como La Bestia, a la familia George le ha tocado hacer lo mismo: “a veces no tienen chance de bajar del tren porque pasa a baja velocidad, pero no para. Entonces es cuando les aventamos una fruta, agua, una bolsita con algo de comer y ellos/as la atajan mientras siguen su camino. Ya desde hace un tiempo los/as migrantes no pasan con la misma frecuencia, pero Dios siempre nos proveyó para compartir con ellos/as, aunque fuese un platito de comida. También le compartíamos la palabra de Dios”, dice Doña Hermelinda.
“Hace unos cuatro años, unos jóvenes que venían de Honduras intentaron bajarse del tren en marcha y se cayeron y se lastimaron. Una de las personas que viene a la iglesia que pastorea mi yerno David, es enfermera de la Cruz Roja y los atendió con unos médicos y los tuvimos en recuperación en nuestra casa por dos semanas. Después de que se fueron, se comunicaban con nosotros/as y supimos que habían podido contactar al coyote que los llevó hasta la frontera”.
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El Pastor David Castro Fernández expresa su gratitud por la visita de líderes de la Iglesia Metodista de México y Estados Unidos y por el ministerio inesperado que él y su familia desarrollaron en favor de los/as migrantes que se dirigían a la frontera norte en trenes de carga, los cuales cruzaban justo detrás de su casa en Tlaltelulco, México, y. A la izquierda, la Revda. Toña Ríos ora con la suegra de Fernández, Hermelinda George Sánchez, de 85 años, quien pasó muchos años ayudando a cuidar a los/as migrantes. Foto de Mike DuBose, Noticias MU.
Con voz quebrada Doña Hermelinda relata su propia experiencia de familia: “Yo tengo cuatro nietos que se fueron de mojados, solo Dios sabe lo que tuvieron que sufrir para llegar hasta allá. Pero gracias a Dios que los protegió y pudieron cruzar y ya viven allá. Yo veía la figura de mis nietos en muchos de ello/as, por eso siempre los tratábamos con amabilidad, nos condolíamos por ellos/as y siempre les pedíamos orar por ellos/as”.
“Tenemos muchos años ayudando a la gente, pero de manera sistemática, desde hace tres años”, dice Virginia George George, hija de Doña Hermelinda y agrega que, como maestra, le era muy difícil ver también a los/as niños/as pasando trabajo: “Una vez recibimos a un niño, que venía supuestamente con su tío, pero al preguntarle con mayor insistencia, nos dijeron que no eran familia, sino que se lo habían encomendado para cruzar la frontera”.
El Pastor David Castro Fernández, es yerno de Doña Hermelinda, y afirma que “este ministerio al cual Dios nos ha llamado a servir, nos ha ayudado a ser realmente agradecidos por la vida, porque mientras nos quejamos porque nos falta esto o aquello, hemos podido ver de cerca y sentir la necesidad de gente que no tiene absolutamente nada. Por eso damos gracias por la vida que Dios nos ha dado, porque no solamente la hemos recibido solo para vivirla, sino también para servir”.
(…/… continuará en una próxima entrega)
* El Rev. Gustavo Vasquez es el Director de Noticias Metodistas Unidas para la audiencia hispano-latina. Puede contactarle al (615)742-5155 o por el correo: [email protected]. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis a UMCOMtigo