Mientras se lleva a cabo el juicio de Derek Chauvin, ex oficial de policía de Minneapolis, las Ciudades Gemelas están reaccionando a otro tiroteo que ocurrió el domingo, que involucra a un oficial y a un hombre negro, el Obispo David Bard emitió la siguiente carta pastoral instando al pueblo metodista unido de Minnesota a continuar el largo trabajo en favor de la justicia racial:
Queridos/as amigos/as en Cristo de las Iglesias Metodistas Unidas de Minnesota:
Saludos en la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la paz y el poder del Espíritu Santo.
Después del 25 de mayo de 2020, una imagen de las calles de Minneapolis se volvió viral: un video tomado con un teléfono celular del asesinato de George Floyd, quien murió mientras estaba esposado y bajo la custodia de oficiales de policía de Minneapolis. En lugar de ser conocida como la ciudad de los lagos, el hogar de la Universidad de Minnesota y los Minnesota Twins, esa imagen convirtió a Minneapolis en un emblema de la injusticia racial y de la necesidad de nuestra nación de un ajuste de cuentas racial. Los ojos de la nación, incluso del mundo, están una vez más en Minneapolis, mientras continúa el juicio del ex oficial de policía Derek Chauvin, acusado de la muerte de George Floyd.
Me propuse escribirle sobre este momento y lugar únicos en los que nos encontramos mientras el juicio de Derek Chauvin llega a su fin y esperamos un veredicto. Pero antes de que esta carta pudiera ser publicada Daunte Wright, otro hombre negro, fue asesinado el domingo por la noche en el Brooklyn Center en un tiroteo en el que participaron agentes policiales y nuevamente, nuestra ciudad estalla en dolor y rabia.
Hay muchos detalles que aún están por publicarse, pero esto es lo lo sabemos: un joven negro murió en una parada de tráfico, lo que se ha convertido en una historia demasiado común y es una razón más por la que importa el veredicto del juicio de Derek Chauvin.
Pedimos a nuestros/as agentes del orden que trabajen para proteger y servir a las personas de nuestras comunidades. Les otorgamos un poder y una autoridad significativos para llevar a cabo este trabajo que a menudo es peligroso, que requiere pensar y responder rápido a situaciones estresantes. Y si tal poder y autoridad son mal utilizados o abusados, cuando los perfiles raciales moldean la respuesta policial, cuando las decisiones tomadas por quienes están en el poder tienen consecuencias trágicas ¿podemos hacer que estas mismas personas, cuyo trabajo reconocemos como desafiante, rindan cuentas? ¿Cómo determinaremos el uso apropiado del poder y la fuerza y, por lo tanto, tomaremos decisiones sobre su mal uso y abuso? El veredicto emitido en este caso abordará estos temas críticos.
Suscríbase a nuestro nuevo boletín electrónico en español y portugués UMCOMtigo
El veredicto importa y sin embargo, independientemente de la decisión que se tome queda trabajo por hacer. No importa cual sea el veredicto, habrá ira, decepción y tal vez algo de alivio y dolor. ¿Podemos, como iglesia, ofrecer espacio para expresiones significativas y constructivas de estas emociones, espacio para lamentos y suspiros, ofreciendo ese espacio para que podamos usar el rango de nuestras emociones como energía para continuar el trabajo necesario de ajuste de cuentas racial? Como seguidores/as de Jesús, espero que estemos de acuerdo en que las respuestas al veredicto, cualquiera que sea, que involucren violencia, saqueos y destrucción no ayudan a nadie y no fomenten la construcción de la amada comunidad de Dios. Como seguidores/as de Jesús, quien derriba los muros divisorios (Efesios 2: 14), espero que podamos estar de acuerdo en la importancia continua del trabajo de ajuste de cuentas racial en nuestro viaje con Jesús. Necesitamos aprender nuestra historia y el lugar de la iglesia en esa historia contaminada por el pensamiento racial que simplemente no ha desaparecido, sino que sigue teniendo un impacto en nuestra sociedad y en nuestras almas.
Y no importa el veredicto, el largo trabajo por justicia racial debe continuar. Más allá de la preocupación por el desencadenamiento de emociones que conducen a la destrucción y la violencia, me preocupa que, en el otro lado del veredicto, podamos desviarnos de este trabajo, ya sea por cinismo o complacencia.
Si el ex oficial Chauvin no es declarado culpable de ningún cargo, esperaría una reacción inicialmente fuerte y luego la tentación del cinismo. Nada cambiará así que ¿por qué molestarse? Si el ex oficial Chauvin es declarado culpable de algunos o todos los cargos, existe la tentación de la complacencia. Nos hemos ocupado de este asunto, así que no hay nada más que hacer. Ni el cinismo ni la complacencia nos servirán de nada.
Los/as manifestantes se reúnen después de que un oficial de policía de Brooklyn Park disparó y mató a Daunte Wright el 11 de abril. Foto cortesía de la Conferencia Anual de Minnesota.
Mientras escribo sobre este momento desafiante para nuestra comunidad y conferencia, estoy pensando en las palabras de Isaías 58, el flujo de imágenes en este capítulo. En el versículo 5, el profeta le dice al pueblo, hablando con la voz de Dios: "¿No es este el ayuno que yo escojo: soltar los lazos de la injusticia?" (v. 6). La promesa es que al hacerlo, nuestra luz se elevará “y serás como huerto de riego, como manantial cuyas aguas nunca faltan” (v. 10,11). Además, “serás llamado/a reparador/a de portillos, restaurador/a de calles para habitar” (v. 12). La versión Common English Bible traduce la frase: "Reparador/a de muros rotos, restaurador/a de calles habitables". Este es nuestro llamado en Jesucristo; este es el trabajo de construir la Comunidad Amada.
Daunte Wright y George Floyd son solo dos nombres entre muchos más. Estamos tristes y enfadados. Nos duele.
Oren; reúnanse pacíficamente y protesten. Hagan preguntas. Pidan se asuma la responsabilidad. Deje espacio para el dolor y la lamentación. Comprometámonos a escuchar las voces que lloran. Redoblemos nuestro compromiso con el trabajo de ajuste de cuentas racial, de reparar la brecha y los muros, de crear calles habitables para todos/as, PARA TODOS/AS.
Paz y gracia,
* David Bard es obispo interino de la Conferencia Anual de Minnesota. Para leer el artículo original en inglés presione aqui.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a [email protected]. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.