A principios de este mes San Francisco perdió a Kathryn Steinle, miembro de una comunidad vibrante, en otro acción violenta con armas. Damos nuestras condolencias a la familia Steinle y estamos orando para que la gracia de Dios los guie a través en este tiempo de dolor.
Este horrible tiroteo ha causado dolor para muchos/as. Lamentablemente, algunos políticos, expertos en imagen mediática y grupos anti-inmigrantes, han intentado usar nuestro dolor colectivo para promover el odio y el miedo hacia nuestros hermanos y hermanas inmigrantes. La falta de compasión, comprensión e integridad demostrada por aquellos que tratan de explotar esta tragedia para su propio beneficio político es inaceptable y sólo sirve para dividir aún más a nuestras comunidades.
A pesar de la retórica política engañosa de los últimos días, las políticas de la ciudad de San Francisco que aseguran una bienvenida y refugio seguro en las comunidades, no jugó ningún papel en este trágico suceso. Las políticas que generan confianza entre los oficiales de la ley y los miembros de la comunidad son esenciales para la seguridad pública. Cuando todas las personas pueden reportar situaciones de peligro y buscar protección contra la violencia sin el temor de ser deportados y separados de sus familias, la policía puede proteger mejor a las comunidades a las que sirven.
Los gobiernos locales dentro de todo el país, han dejado de responder a las solicitudes de Inmigración y Control de Aduanas (Immigration and Customs Enforcement - ICE) de retener individuos después que cumplen sus sentencias ordenadas por la corte. Los tribunales federales, la más reciente siendo la Corte Federal de Oregón, determinó que detener esas personas después de cumplir sus sentencias es una violación a las protecciones de la Cuarta Enmienda. Estas detenciones ilegales han dañado profundamente la seguridad pública y la confianza en la policía local; han conducido a las deportaciones de víctimas y testigos de crímenes, incluyendo sobrevivientes de violencia doméstica. Más de 320 jurisdicciones en todo los Estados Unidos, incluyendo a casi toda California, han adoptado políticas similares que limitan las solicitudes de detención de ICE. La ciudad de San Francisco es una de muchas ciudades en todo el país que promueve la seguridad de todos los miembros de la comunidad y anima a todas las víctimas y testigos a reportar delitos.
Las políticas de refugio, tienen la capacidad –probada- para desarrollar confianza, seguridad y de ninguna manera proveerles refugio a los criminales. Como líderes religiosos, alentamos a los líderes políticos y de la comunidad a reconocer el impacto real de estas políticas y los valores que las inspiraron.
El concepto de santuario es uno que honra espacio sagrado y sirve de refugio a las personas necesitadas de seguridad. En la década del 1980, muchas congregaciones religiosas en los Estados Unidos fueron fundamentales en el movimiento proporcionándole refugio a miles de refugiados políticos de América Central para evitar que el gobierno estadounidense los deportara, para enviarlos de vuelta a ser víctimas de los escuadrones de la muerte. Recientemente, frente al número de deportaciones más altos en la historia, las congregaciones han respondido al llamado de ofrecer santuario y solidarizarse con los/as inmigrantes que enfrentan órdenes de deportación y separación familiar. Para inferir que esta tragedia aislada está relacionada con o causada, por los valores de la antigua tradición de ofrecer santuario, es ignorar las ideas más fundamentales detrás del movimiento: “estar solidaridad con los/as olvidados/as, marginados/as y necesitados/as”.
Como miembros de la comunidad de fe, estamos llamados/as a amar a nuestro prójimo (a todos/as nuestros/as vecinos/as). Generaciones de inmigrantes han hecho este país grande con sus ideas, trabajo duro, resiliencia y tradiciones. Debemos resistir la inclinación de permitir que el dolor y la desesperación nos pongan en contra unos/as de otros/as y de no culpar a toda una comunidad por las acciones de un individuo. Es injusto tomar un incidente trágico cometido por un individuo e implicar a millones de la comunidad indocumentada.
Mientras estamos de luto y oramos por la familia Steinle, vamos también a canalizar nuestro dolor para encontrar soluciones que pueden prevenir incidentes como este. Debemos tener una conversación acerca de los servicios de rehabilitación de drogas, la limitación de acceso a armas peligrosas, creación de mayor acceso a cuidado de salud mental y un modelo de justicia restaurativa y no sólo punitiva. Necesitamos cambios en las políticas y una reforma inmigratoria, así como en las legislaciones que impidan la violencia con armas. A medida que trabajamos hacia estas soluciones, dejemos que en todas nuestras acciones encarne la idea que ha sido entretejida durante toda nuestra historia en los Estados Unidos - tener calidez humana es tenerlo todo.
*La Obispa Carcaño es obispa en la conferencia California-Pacific de la Iglesia Metodista Unida. Para más información sobre la Obispa Carcaño o este artículo, visite el enlace: http://www.huffingtonpost.com/bishop-minerva-g-carcano/kathryn-steinle_b_7852898.html
** Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615)742-5775 o por el [email protected]