En el siglo XIX, el metodista Samuel Fielden quedó grabado en la historia laboral cómo uno de los líderes del movimiento laboral al participar activamente en la lucha de los trabajadores por mejores condiciones salariales y de horario de trabajo en Chicago.
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Samuel Fielden nació en Todmorden, Lancashire, Inglaterra. Su padre trabajaba en una fábrica de algodón, fue un trabajador y activista social en Inglaterra con el movimiento por un día laboral de 10 horas. Samuel Fielden se fue a trabajar a la edad de ocho años a las fábricas de algodón y quedó impresionado con las malas condiciones de trabajo. Emigró a los Estados Unidos después de haber alcanzado la mayoría de edad. En 1869, se trasladó a Chicago, donde laboró en varios trabajos. Estudió teología y se convirtió en un predicador laico de la Iglesia Metodista Episcopal. Aunque no se ordenó como presbítero, sirvió como pastor laico en varias congregaciones de trabajadores en el centro de Chicago.
luchas contemporaneas
Pastor Metodista y líderes laborales a jucio por defender a trabajadores
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El Rev. John Helmiere de la Iglesia Metodista Unida, el trabajador de Alaska Airlines, Socrates Bravo y la concejal de la ciudad de Seattle, Kshama Sawant, serán sometidos a juicio por actos de desobediencia civil ocurridos en noviembre pasado cuando protestaron contra Alaska Airlines por bloquear la participación de trabajadores y de todos los empleados de Seattle-Tacoma (SeaTac) en actos de reclamo por un salario mínimo digno.
En respuesta, líderes de una coalición Interreligiosa de justicia económica se reunió esta mañana para un servicio de oración por los trabajadores y defensores que van a ser juzgados.
Un número de Metodistas Unidos, entre ellos varios clérigos, formaron parte de la coalición de apoyo, en el acto de desobediencia civil de noviembre, junto a trabajadores del aeropuerto de Settle-Tacoma que fueron prohibidos de participar en los esfuerzos de la comunidad que reclama salarios dignos.
Hay frustración de parte de la comunidad con Alaska Airlines, que ha bloqueado elevar salarios y pagar la salida por enfermedad a más de 4.600 hombres y mujeres que trabajan en el aeropuerto internacional de Seattle-Tacoma (Sea-Tac). Está pendiente una decisión de la Corte Suprema del estado de Washington sobre este caso.
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Allí se unió a la causa, convirtiéndose en un miembro de la facción Grupo Americano de la Asociación Internacional de los trabajadores en 1884. Su participación se relaciona con la lucha de los trabajadores de Chicago para conseguir una jornada laboral de 8 horas. Fielden trabajaba activamente para el movimiento obrero. El 1° de mayo de 1886 miles de trabajadores se declararon en huelga para obtener este beneficio. Durante los días siguientes se sucedieron episodios de protesta represión y violencia. En uno de ellos un artefacto explosivo detonó entre los hombres de la policía matando a uno de ellos e hiriendo a otros. La policía abrió fuego sobre los obreros matando a un número indeterminado de ellos. Se declaró el estado de sitio y se produjeron decenas de arrestos y posteriores denuncias de tortura. 8 de ellos fueron sometidos a un juicio que la historia rápidamente calificó como una farsa.
Fielden se defendió con un extenso discurso que su parte final expresaba:
“Yo amo a mis hermanos los trabajadores como a mí mismo. Yo odio la tiranía, la maldad y la injusticia. El siglo XIX comete el crimen de ahorcar a sus mejores amigos. Hoy el sol brilla para la humanidad; pero, puesto que para nosotros no puede iluminar más dichosos días, me considero feliz al morir, sobre todo si mi muerte puede adelantar un solo minuto la llegada del venturoso día en que aquel alumbre mejor para los trabajadores. Yo creo en que llegará un tiempo en que, sobre las ruinas de la corrupción, se levantará la venturosa mañana del mundo emancipado libre de todas las maldades, de todos los monstruosos anacronismos de nuestra época y de nuestras caducas instituciones…”
Fielden se convirtió en un orador frecuente y elocuente en la causa de los derechos laborales. Se casó en 1880 y tuvo dos hijos, el segundo de los cuales nació mientras él estaba en la cárcel.
Artículo reproducido y adaptado de La perla escondida
* Amanda M. Bachus es escritora independiente para Comunicaciones Metodistas Unidas.