Claves:
• Desafiar las reglas aprobadas por la Conferencia General no es nada nuevo para las personas llamadas metodistas.
• Los ejemplos incluyen la violación de las prohibiciones contra la esclavitud, el clero femenino, el tabaquismo y, en estos días, el rebautismo.
• El Rev. Lovett H. Weems Jr. cuestiona por qué el desafío a las restricciones de la iglesia relacionadas con la homosexualidad se considera diferente de esos ejemplos y una razón para la separación de la iglesia.
Artículos de Opinión
Noticias MU publica artículos de opinión sobre temas específicos en la denominación. Los artículos de opinión reflejan una variedad de puntos de vista y son las opiniones propias de los escritores, que no reflejan las posiciones del servicio de Noticias MU.
Durante los debates denominacionales sobre la homosexualidad, hay personas que se han quejado repetidamente de que muchos/as ignoran o violan la legislación de la Conferencia General. Algunos/as de los/as que se están desafiliando dicen que están cansados/as de “aumentar la desobediencia”.
La historia nos muestra que ignorar la legislación de la Conferencia General no comenzó con el tema de la homosexualidad y tal resistencia tiene una larga historia. Este artículo destaca ejemplos históricos del metodismo unido y sus organismos predecesores cuando el clero, laicos/as, obispos/as y las conferencias rechazaron, a través de sus acciones, la legislación aprobada por la Conferencia General.
Ejemplos históricos
Esclavitud: La Conferencia de Navidad de 1784 condenó la esclavitud como una “abominación” y exigió a todos los miembros que tuvieran esclavos/as que los/as liberaran o se retiraran de la Sociedad. Hubo una desobediencia inmediata y masiva.
Representación de mujeres laicas: No permitieron mujeres delegadas a la Conferencia General en 1888 cuando las Conferencias de Kansas, Minnesota, Nebraska, Pittsburgh y Rock River de la Iglesia Metodista Episcopal eligieron como delegadas a mujeres, a pesar de la prohibición de su acción. Al grupo de cinco, incluida Frances Willard, la mujer metodista más destacada de la época, se le negó el asiento.
Derechos de las mujeres del clero (Hermanos Unidos): La Conferencia General de los Hermanos Unidos de 1857 prohibió que las mujeres obtuvieran licencia para predicar. El Seminario Union Bíblica fue fundado como el seminario denominacional “bajo el control de la Conferencia General” en 1869. Cuando comenzaron las clases, las mujeres fueron admitidas en las mismas condiciones que los hombres con todas las ofertas de seminario disponibles para ellas. A pesar de las prohibiciones contra la concesión de licencias a las mujeres para predicar, la conferencia trimestral de Pleasant Valley emitió una licencia a Maggie Thompson en 1874 y en 1876, su nombre se presentó al comité de solicitantes de la Conferencia de Indiana, junto con los nombres de nueve hombres. Ella fue aprobada.
Derechos de las mujeres del clero (Protestante Metodista): La Conferencia General protestante metodista en 1870 desaprobó la ordenación de mujeres. En 1875, la Conferencia de Kansas ordenó a Pauline Martindale como anciana. Anna Howard Shaw, la segunda mujer en graduarse de la Facultad de Teología de la Universidad de Boston, fue ordenada por la Conferencia de Nueva York de la Iglesia Metodista Protestante en 1880. En 1884 la Conferencia General rescindió su ordenación por considerarla “fuera de orden”; la conferencia anual ignoró la acción y Shaw continuó sirviendo y siendo reconocida por esa conferencia. En 1889, Eugenia St. John fue ordenada anciana por la Conferencia de Kansas.
Clero oficia matrimonios para personas divorciadas: Desde 1884, la mayoría de los grupos predecesores metodistas unidos prohibieron al clero oficiar matrimonios para personas divorciadas cuyo excónyuge estaba vivo/a, excepto para la parte inocente en caso de adulterio. Los llamados a una mayor aplicación y mayores sanciones indican que las situaciones pastorales llevaron al clero a violar esta restricción. En 1928, la Iglesia Episcopal Metodista retuvo el lenguaje sobre el divorcio, pero entregó la decisión final sobre oficiar estas bodas al pastor. Sin embargo, el lenguaje más restrictivo para el clero que realiza ceremonias de boda continuó en la Iglesia Metodista Episcopal del Sur y la Iglesia Metodista Protestante hasta la formación de la Iglesia Metodista en 1939 cuando se adoptó el lenguaje Metodista Episcopal de 1928.
Igualdad racial: En la década de 1960, muchas iglesias metodistas blancas aún negaban la admisión de negros/as al culto, una práctica prohibida desde 1884. Una confrontación destacada se produjo el domingo de Pascua de 1964 cuando se negó a un grupo birracial que incluía a dos obispos metodistas, James K. Mathews y Charles Golden. admisión a la Iglesia Metodista Galloway Memorial en Mississippi. Era común en esos días que las iglesias aprobaran políticas de exclusión racial con total desprecio por las políticas y creencias denominacionales oficiales.
Clero fumando: Comenzando en 1880 por acción de la Conferencia General de la Iglesia Metodista Episcopal (y continuando en la Iglesia Metodista), los/as aprobados/as como clérigos tenían que prometer “abstenerse del uso del tabaco”. En 1960, la abstinencia continuó, pero pasó de ser una pregunta a responder a una declaración del requisito, antes de terminar en 1968. En algunos casos, los/as obispos/as que hicieron las preguntas eran fumadores/as.
Ejemplos Contemporáneos
Rebautismo: Es interesante que la prohibición de “ningún/a pastor/a rebautizará” está literalmente al lado de la prohibición de celebrar matrimonios igualitarios en el Libro de Disciplina. Las conversaciones con obispos/as y superintendentes de distrito indican que la frecuencia de los informes que les llegan sobre prácticas de bautismo por parte de pastores/as en desacuerdo con la Disciplina (rebautismo y negarse a bautizar a un bebé) es mucho más común que los informes sobre pastores/as que celebran matrimonios igualitarios.
Itinerancia abierta: Hoy todavía hay congregaciones que rechazan el nombramiento de una mujer como pastora y que rechazan el nombramiento de clérigos de una raza diferente a la de la congregación en violación explícita de la ley de la iglesia.
¿Qué quiere decir esto?
El presente artículo no tiene por objeto justificar ni condenar estas violaciones, solo quiere documentar la desobediencia en una variedad de temas para mostrar que el cumplimiento universal de las decisiones de la Conferencia General ha sido violado regularmente a lo largo de nuestra historia. Tales acciones ocurrieron mucho antes de que apareciera la legislación relacionada con la homosexualidad y se han llevado a cabo en una amplia gama de temas.
¿Por qué se toleran fácilmente algunas reglas violadas mientras que otras, como en el caso de la homosexualidad, llevan a la denominación al borde del cisma? Es probable que haya varias razones que incluyen tanto lo que sucede en la sociedad en general como lo que sucede dentro de la iglesia. El tiempo es sin duda un factor determinante. Temas como la esclavitud, los derechos de las mujeres del clero y la representación laica son temas que alguna vez dividieron a los metodistas, pero ya no lo hacen.
Al igual que con todos los órganos normativos, la Conferencia General tiene poder para actuar solo en la medida en que esas acciones tengan suficiente credibilidad y autoridad moral para ser aceptadas. Cuando ese no es el caso, hay personas en las tradiciones metodistas unidas que han respondido de varias maneras. La respuesta más común ha sido algún tipo de rechazo, resistencia y defensa del cambio. Tal desafío ocurre en un continuo desde las declaraciones de oposición hasta la desobediencia absoluta de la regla.
El punto de estas ilustraciones no es que las acciones de la Conferencia General carezcan de sentido y que las violaciones no importen pues ambos son importantes. En algunos casos, las violaciones son intrascendentes y se ignoran adecuadamente mientras que en otros, las acciones de la Conferencia General golpean el corazón de lo que somos y se aplican legítimamente. Pero, como nos muestra la historia, hay momentos en que las violaciones son ejemplos de tendencias a extralimitarse y controlar más allá del consenso moral de grandes segmentos de la iglesia.
Sin embargo, cuando se afirma que algunas de esas acciones obligatorias son realmente necesarias debido a las consecuencias doctrinales, teológicas y morales de la desobediencia, es difícil justificar la selección de una sola, la homosexualidad, para mecanismos de aplicación tan intrincados y detallados. La legislación debe basarse en un consenso ampliamente compartido de que es necesario, correcto y coherente con la pasión de Juan Wesley de que todos/as lleguen a conocer el amor de Dios revelado en Jesucristo. Para muchos, las acciones de la Conferencia General sobre la homosexualidad no cumplen con estos criterios mínimos de ser necesarias, correctas y llenas de gracia.
Suscríbase a nuestro nuevo boletín electrónico en español y portugués UMCOMtigo
Este artículo se basa en la “Historia del rechazo del metodismo a las acciones de la Conferencia General sobre cuestiones distintas a la homosexualidad” por Lovett Weems, Historia Metodista, vol. 60, No. 1, 2022, Derechos de autor © 2022 Universidad Estatal de Pensilvania, University Park, PA. Usado con permiso.
* Weems es profesor distinguido de liderazgo emérito de la iglesia y consultor principal del Centro Lewis para el Liderazgo de la Iglesia en el Seminario Teológico Wesley en Washington, D.C. Contacto con los medios de comunicación: Joey Butler o Tim Tanton. Puede llamarlos al (615) 742-5470 o escribirles a [email protected]. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org