Puntos Clave:
- El Rev. Michael Adam Beck era un niño abandonado y drogadicto que acabó encarcelado.
- Beck cree que la soledad a menudo se asocia con conductas adictivas.
- Hoy es pastor de la misma iglesia que ayudó a salvarlo en los años más oscuros de su vida.
El Rev. Michael Adam Beck sabe lo que quiso decir Elvis Presley cuando se lamentó de estar "al final de Lonely Street".
Para Beck, “Hotel del Desamor” fue un régimen de aislamiento en la cárcel del condado de Marion en Ocala, Florida: “He visto algunos lugares horribles en mi vida, pero nada se acerca a la oscuridad de la cápsula de aislamiento, porque es una de las cosas más crueles que podemos hacerle a los seres humanos que están hechos para tener una relación con Dios: ponerlos en una caja solos durante 30, 60, 90 días. Eso puede destruirte a ti mismo, como lo ha hecho a mucha gente. Yo encontré a Jesús en ese escenario”.

El libro del Rev. Michael Adam Beck “Nunca Solo” explica cómo todos/as podemos ser instrumentos para traer sanación y plenitud a la vida de las personas en tiempos de soledad y aislamiento. Portada del libro cortesía de Menno Media / Herald Press.
Beck es director de Nuevas Expresiones de La Iglesia Metodista Unida (IMU) y nació adicto a las drogas, y fue abandonado por sus padres.
En su nuevo libro "Nunca Solo: Compartiendo el Regalo de la Comunidad en un Mundo Solitario", Beck comparte más sobre su experiencia en la cárcel y cómo llegó allí: “Yo era un capo de la droga en toda regla, pues trabajaba con una red de médicos turbios que me recetaban en exceso narcóticos opioides para poder distribuirlos cómodamente en las calles. También consumí estos opiáceos. … Tomé cientos de miligramos de OxyContin todos los días durante años”.
Después de ser encarcelado sufrió abstinencia, y tuvo vómitos, diarrea, dolores musculares, calambres y alucinaciones.
"Para la población general en la cárcel, este suele ser un lugar menos que ideal para pasar la abstinencia, por lo que para poder salir comencé una pelea. Después de resistir físicamente a los guardias y recibir una paliza de la misma manera, fui... llevado a régimen de aislamiento” dijo.
En régimen de aislamiento, lo mantuvieron en una pequeña habitación las 24 horas del día, con sólo un pequeño haz de luz a través de una ventana y una ranura por la que le entregaban la comida.
“Sin relojes ni calendarios, contábamos los días por las tres comidas diarias. Algunos de los criminales más empedernidos fracasan durante el aislamiento. Los suicidios ocurren con regularidad... cuando los reclusos encuentran una manera de ahorcarse con las sábanas o cortarse las muñecas con una navaja de afeitar. Muchas personas no sobreviven a ese tipo de encarcelamiento y quienes lo hacen quedan traumatizados por el resto de sus vidas" continúa el libro. Beck llama a la experiencia "un infierno en la tierra".
En su nuevo libro sobre cómo combatir la soledad, el Rev. Michael Adam Beck habla de su turbulento pasado, incluido un período en régimen de aislamiento en la cárcel del condado de Marion en Ocala, Florida. Ahora, Beck es pastor de la misma iglesia que ayudó a salvarlo en los años más oscuros de su vida. Fotos cortesía del Rev. Michael Adam Beck.
Después de salir de la cárcel, Beck se dirigió al único lugar donde experimentó la comunidad cuando era niño: la Iglesia Metodista Unida de San Marcos en Ocala, donde hoy es copastor con su esposa, la Revda. Jill Beck. Le dijo a su pastor: "Creo que conocí a Jesús y ya no quiero vivir esta vida".
El pastor, un alcohólico en recuperación, le dijo a Beck que “Jesús salvó tu alma, pero (Alcohólicos Anónimos) salvará tu trasero”.
Dieciocho años después, Beck sigue siendo un dedicado practicante de 12 pasos. Pero profundizando más, cree que la soledad y el aislamiento son la razón principal por la que las personas se involucran en adicciones al principio. "Si estamos aislados/as, caemos en esta espiral de uso, abuso, bebida, alcoholismo, lo que sea. La cura es realmente comunitaria, pues es una cura de naturaleza espiritual estar juntos/as en esas reuniones todas las semanas. Entonces tengo un sentido de solidaridad y comunidad” dijo Beck.
Aún más profundamente, Beck cree que los programas de 12 pasos se parecen más al metodismo temprano que al culto de la iglesia moderna. “Esa profundidad de comunidad, donde vienes y hablas de tus cosas, te permite darte cuenta de que apestas, y que tienes que superarlas” dijo.
Muchos/as de quienes se recuperan de adicciones “lo hacen en el nivel superficial”. “Vamos a sentarnos en el banco, escuchar algunas cosas y algo de música, y luego volvamos al aislamiento. …” dijo Beck.
Además de un programa de recuperación de adicciones, un ministerio carcelario, una despensa de alimentos y un movimiento de unidad interracial, San Marcos tiene una variedad de ministerios como Nuevas Expresiones, que se reúnen en salones de tatuajes, parques para perros, salones de belleza, pistas de atletismo, centros comunitarios, locales de burritos, espacios digitales y otros lugares.
"Es realmente obvio que la cura a la adicción es la comunidad" concluyó Beck.
* Patterson es reportero de noticias para Noticias MU en Nashville, Tennessee. Lo puede llamar al 615-742-5470 o escribirle a [email protected]. Para leer más noticias metodistas unidas subscríbase gratis a UM News Digests.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU Hispana-Latina @umcom.org