Para las comunidades de inmigrantes hispanos/as y latinos/as que trabajan en los campos y granjas del valle de Willamette hasta la frontera sur de Oregón y al norte a través del paisaje del centro de Washington, nunca ha existido una red de seguridad para ellos/as o sus familias.
Llegó el primer COVID-19 y la economía se derrumbó y luego los incendios forestales los/as obligaron a evacuar sus hogares si no los destruyeron por completo. Todo esto ha sucedido mientras se vive con incertidumbre y miedo, ya que las políticas y prácticas gubernamentales se dirigen a los/as trabajadores/as migrantes, lo que les dificulta alzar la voz y, al mismo tiempo, garantizar mano de obra agrícola barata.
“Definitivamente hay mucho miedo en la comunidad migrante, pues existe el temor tácito de que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE por sus siglas en inglés) los/as persiga" dijo la pastora Keren Rodríguez de la Iglesia Metodista Unida Aloha al oeste de Portland. Esto se ha convertido en el trabajo de los ministerios hispanos en el Gran Noroeste de la Iglesia Metodista Unida (IMU) al apoyar a sus vecinos/as y amigos/as de manera real y tangible a través de esta crisis aparentemente interminable.
“Nuestra gente está aquí para integrarse y trabajar muy duro, y la comunidad hispana/latina está en modo de supervivencia” dijo el Rev. Cruz Edwin Santos, director de Ministerios Hispanos/ Latinos en la Conferencia Anual del Noroeste del Pacífico. Después de que los incendios forestales forzaron las evacuaciones alrededor de Salem, Oregón, Rodríguez trabajó con la Iglesia Las Naciones en Salem y el Coordinador de Respuesta a Desastres de la Conferencia Anual de Oregón-Idaho, Dan Moseler, para que los kits de higiene proporcionados por el Comité Metodista Unido de Auxilio (UMCOR por sus siglas en inglés) estuvieran en manos de la pastora Zaida Huereca de Las Naciones.
Pero fue más que eso, pues los/as trabajadores/as agrícolas todavía tenían que laborar en los campos incluso cuando un humo denso llenaba el valle y obligaba a casi todos/as a resguardarse. Rodríguez y Huereca trabajaron con Moseler y se asociaron con organizaciones comunitarias como Adelante Mujeres y Únete para que las máscaras N95 estuvieran en manos de los/as trabajadores/as agrícolas. “Nuestras comunidades están realmente luchando y no pueden darse el lujo de estar en Zoom. Tienen que trabajar a pesar del humo y la lluvia" dijo Rodríguez.
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Rodríguez está orgulloso de la forma en que la IMU Aloha se asoció con iglesias cercanas como la IMU Hillsboro y la IMU Westside en Portland para obtener un camión lleno de kits de higiene y otros suministros necesarios entregados recientemente a Las Naciones. Sin embargo, ofrecer asistencia no siempre es fácil, dijo Santos, cuando las familias migrantes temen que al poner su nombre en un papel, automáticamente se conviertan en blanco de ICE.
“Siempre creo que los desastres nos revelan cosas como el racismo” dijo Santos. Por eso ha sido crucial enviar a los/as líderes de la iglesia hispana a las comunidades de inmigrantes para ayudar a construir esa confianza y hacerles saber que la iglesia está aquí para ayudarlos/as, no para dañarlos/as.
Artemio Zapoteco, miembro de la IMU Okanogan en el centro norte de Washington, ayudó a conectar a los/as trabajadores/as agrícolas, como él, con útiles escolares, kits de higiene y limpieza recibidos de UMCOR.
“Estaba muy feliz de ver que UMCOR respondió a las necesidades de nuestra comunidad, y estoy muy agradecido por lo que está haciendo la IMU. Muchos/as hispanos/as no saben mucho sobre la IMU, y el brindarle esta ayuda a la comunidad hispana, nos permite a los/as líderes y miembros de la iglesia ser más activos/as y estar presentes en nuestras comunidades” concluyo Zapoteco. Por ejemplo, dijo Santos, cuando los incendios arrasaron Brewster, una familia hispana local perdió el acceso a su farmacia y necesitaba medicamentos para su diabetes, a lo que Zapoteco y otros/as pudieron ayudarlos/as a tener acceso a los medicamentos.
"También hemos conectado a pastores/as hispanos/as con pastores/as en iglesias más grandes quienes no solo han creado ayuda, sino relaciones más sólidas con las iglesias” dijo Santos. El 1 de noviembre, de 12 a 5 p.m., los/as miembros de la IMU Okanogan distribuirán más kits de higiene y tarjetas de regalo en la iglesia.
Si bien las familias migrantes tienen un conjunto único de desafíos, las que viven en grandes centros urbanos también se han visto afectadas de manera desproporcionada por las disparidades económicas creadas por el COVID-19, pues cuando las empresas cierran, no pueden permitirse pagar el alquiler, poner gasolina en sus vehículos ni conseguir comida. "Es importante ser culturalmente consciente de las diferencias cuando ofrecemos ayuda" dijo Rodríguez.
* Caldwell es gerente de comunicaciones de la Conferencia Anual de Oregón-Idaho.
** Leonor Yanez es traductora independiente. Puede escribirle a IMU_Hispana-Latina @umcom.org. Para leer más noticias metodistas unidas, ideas e inspiración para el ministerio suscríbase gratis al UMCOMtigo.