La violencia que hemos visto en Las Vegas es abominable y desgarradora. Clamamos con nuestras oraciones por los seres queridos de aquellos/as que han sido asesinados/as y los/as que han sido heridos/as. Pedimos que encuentren consuelo en la promesa del Príncipe de la Paz.
Cristo nos llama a ser pacificadores/as, por lo que - junto con nuestras oraciones - debemos trabajar para poner fin a la violencia armada. No hacer nada es ser cómplice de este terror aparentemente interminable que afecta a nuestras comunidades.
Nuestra Iglesia Metodista Unida nos llama a abogar en todos los niveles por las leyes que previenen o reducen la violencia armada. Nuestros/as líderes y aquellos/as con la capacidad de reducir la violencia armada, deben actuar.
Cuando gritamos: "¡Cuánto tiempo, oh Señor!", Sabemos que hay otra manera. Debemos exigir una acción y persistir juntos/as. Cada persona tiene la oportunidad y la responsabilidad de reducir la violencia armada. Espero que todos/as nos comprometemos a hacer nuestra parte.
Para leer el artículo original, visite el enlace: https://www.umcjustice.org/news-and-stories/praying-for-comfort-and-demanding-action-546
**Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615) 742-5775 o por [email protected].