Lucho por sentirme aceptado/a y amado/a por mi Salvador. También siento como si siempre debo presentarme de una manera perfecta para ser aceptado/a. Tengo conflictos y nunca puedo pedir ayuda u oración de la congregación debido a esto.
Has compartido una pregunta muy importante, con la que mucha gente lucha.
Los/as metodistas recordamos que Juan Wesley luchó con sentimientos similares. Habló de querer una sensación de seguridad. Él tuvo una crisis de fe bastante grande antes de su experiencia en Aldersgate, cuando finalmente experimentó una confirmación de que Dios lo amaba, lo cual cambió su vida. Wesley escribió en su diario: "Sentí que Dios me amaba. Experimenté que Dios me amaba. Ya no era algo que estaba en mi cabeza, sino algo que sentí en mi corazón".
A menudo no nos es difícil creer que Dios es amable con los/as demás, pero tenemos dificultades para creer que Dios podría aceptarnos. Sabemos lo peor de nosotros mismos - lo imperfecto que somos - y nos preguntamos si Dios podría amar a alguien como nosotros. Estamos tan acostumbrados a la idea de que casi siempre hay alguna condición, a que si algo suena demasiado bueno para ser verdad, probablemente no lo sea. Así es como funciona nuestro mundo. Pero no es así como Dios obra. El Salmo 103 nos dice que Dios es misericordioso y compasivo, lento para la ira y abundante en amor firme. Continúa diciendo que Dios no trata con nosotros según nuestros pecados, sino que es compasivo, como un padre amoroso.
Dios conoce nuestros corazones, y espera que tropecemos, fallemos y cometamos algunos de los mismos errores una y otra vez hasta que nuestra nueva vida en Cristo se haya arraigado profundamente. Si eso parece difícil de aceptar, lea la historia en Mateo 18, donde un discípulo le pregunta a Jesús con qué frecuencia tenemos que perdonar. Recuerde que Jesús le respondió "no sólo siete veces, sino setenta veces siete". Si Dios quiere que nos demos este perdón unos a otros, seguramente Dios nos ofrecerá este tipo de amor paciente; y aún más.
Los/as metodistas unidos/as ven a la iglesia como el lugar para "hacer discípulos de Jesucristo para la transformación del mundo". La iglesia no es el lugar para personas perfectas, sino para aquellos/as que están "avanzando hacia la perfección". Para nosotros/as, ser hechos a la imagen de Cristo es un proceso de toda la vida que comienza con el reconocimiento de la gracia y el amor de Dios, y la aceptación de que somos perdonados/as.
Parece que tuvieras algún temor de ser juzgado por la gente en la iglesia. La iglesia debe ser un lugar seguro donde trabajamos en nuestras imperfecciones y luchas. Lamentamos que no siempre sea así. Esta es una de las razones por la que proponemos los grupos del Convenio de Discipulado, y otros ministerios para los grupos pequeños en los que la gente pueda construir relaciones que incluyan un nivel de confianza donde podemos confesar nuestros conflictos, y ser alentados a crecer más allá de ellos.
Para leer el artículo original en inglés, visite el enlace: http://www.umc.org/what-we-believe/ask-the-umc-can-god-really-love-me
**Michelle Maldonado es la Directora Asociada de Comunicaciones Hispano/Latinas de la IMU. Puede contactarle al (615) 742-5775 o por [email protected].